ISSN:
2708 – 6631 / ISSN-L: 2708 - 6631 / Pp. 10 – 24
www.propuestaseducativas.org
Clima familiar y su relación con la inteligencia emocional en
los estudiantes de secundaria
Link
between family climate and emotional intelligence in high school students
Esther Dacmer Huayhua Alarcón
estherdacmer2@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-9300-8138
Rodolfo Guarachi
Ramos
rodolfo.guarachi@uab.edu.bo
https://orcid.org/0000-0001-5955-0849
Universidad Adventista de
Bolivia, Cochabamba, Bolivia
Artículo recibido el 15 de febrero
2023 | Arbitrado el 10 marzo 2023 | Aceptado el 13 de abril 2023 | Publicado el
01 de julio 2023
https://doi.org/10.61287/propuestaseducativas.v5i10.2
RESUMEN
La presente
investigación tuvo como objetivo analizar la vinculación entre el Clima
familiar y la inteligencia emocional en estudiantes de secundaria 1° A y 1° B
de la Unidad Educativa Particular Técnico Humanístico Ebenezer
en la gestión 2022; para lo cual, la metodología aplicada fue bajo el paradigma
cuantitativo, su diseño no experimental transversal. La muestra estuvo
constituida por 57 varones y 27 mujeres haciendo un total de 84 estudiantes con
edades entre 11 a 13 años. La técnica de recolección de la información fue la
encuesta y el instrumento cuestionario; para lo que se empleó la escala de
Clima Social Familiar (FES) de Moos (1984) y el
Inventario de Inteligencia Emocional para adolescentes de Bar-On y Parker (2018). Los resultados develaron que existe una
relación positiva entre las variables clima familiar y la inteligencia
emocional de la Unidad Educativa Privada Técnico Humanístico Ebenezer. Se concluyó que dentro de las familias se
aprenden las primeras habilidades sociales y que la escuela funciona como
complemento para el adecuado desarrollo de su emocionalidad de manera de
garantizar una formación integral y de calidad.
Palabras clave: Clima Familiar; Clima Social
Familiar; Inteligencia emocional; Emocionalidad; Educación
ABSTRACT
The objective of this research was to analyze the link
between family climate and emotional intelligence in high school students 1st A
and 1st B of the Ebenezer Humanistic Technical Private Educational Unit in the
year 2022; for which, the applied methodology was under the quantitative
paradigm, its cross-sectional non-experimental design. The sample consisted of
57 males and 27 females, making a total of 84 students aged between 11 and 13
years. The information collection technique was the survey and the
questionnaire instrument; for which the Family Social Climate Scale (FES) by
Moos (1984) and the Emotional Intelligence Inventory for adolescents by Bar-On
and Parker (2018) were used. The results revealed that there is a positive
relationship between the family climate variables and the emotional
intelligence of the Ebenezer Humanistic Technical Private Educational Unit. It
was concluded that within families the first social skills are learned and that
the school works as a complement for the proper development of their
emotionality in order to guarantee comprehensive and quality training.
Keywords:
Family Climate; Family Social Climate;
Emotional intelligence; Emotionality; Education
INTRODUCCIÓN
familia es una institución fundamental en la
sociedad actual, pues tiene un papel importante en la formación de los niños y
adolescentes. Según Suárez y Vélez (2018), es el pilar que sostiene el sistema
de pensamiento de los jóvenes y les ayuda a desarrollar nuevas habilidades en
su vida cotidiana. Por tanto, esta debe ser un espacio donde se fomenten
valores como el respeto, la tolerancia y el apoyo mutuo. Además, es fundamental
que los padres y cuidadores estén atentos a las necesidades de sus hijos para
poder brindarles una educación adecuada. En definitiva, la familia es una
institución clave en la sociedad y su papel en la formación de los niños y
adolescentes es esencial. Es importante fomentar valores positivos y estar
atentos a las necesidades de los jóvenes para asegurar su bienestar y
desarrollo integral a través de los lazos familiares.
Como resultado de estos lazos familiares, se
llegan a evidenciar ciertos comportamientos por parte de los hijos que en
muchos casos revela el accionar íntimo de los padres de familia; por este
motivo, los autores señalan que la familia tiene que mantenerse firme, es
necesario crear un clima familiar adecuado para niños y adolescentes y así
ellos logren desarrollar actitudes y aprendizajes dentro del entorno familiar,
y puedan desenvolverse con éxito con miembros ajenos a su familia y ser
emocionalmente inteligentes. Promover valores positivos y estar atento a las
necesidades de los jóvenes es crucial para su bienestar y desarrollo integral.
La familia juega un papel importante en la formación del comportamiento y las
acciones de los niños, actuando a menudo como un espejo de las acciones íntimas
de los padres. Por lo tanto, es fundamental que las estas establezcan una base
sólida y creen un entorno propicio para que los niños, niñas y adolescentes
desarrollen actitudes positivas y adquieran las habilidades propias de la
inteligencia emocional dentro del entorno familiar.
En
torno a la inteligencia emocional es definida por autores como Salovey y Mayer (1990), Bar-On
(1997) y Goleman (1995) como capacidad de reconocer las emociones propias y las
de los demás, así como diferenciar entre ellas y utilizar la información para
guiar lo pensamientos y acciones a la par de desarrollar habilidades como la
empatía, la automotivación y destrezas sociales. En este sentido, lo elemental
está en lo social donde la familia es el principal apoyo y ejemplo para el
futuro de los hijos, pues ellos seguirán el modelo que los padres realizan y de
acuerdo a lo que reciben en su clima familiar. Entendiendo este último de
acuerdo a lo planteado por Álvarez-Bermúdez y Barreto-Trujillo (2020), quienes
manifiestan que está constituida por el ambiente percibido e interpretado por
los miembros que integran la familia, el cual ejerce influencia significativa
en el desarrollo social, físico, afectivo, emocional e intelectual.
Clima Familiar
Adentrarse en el tema de clima familiar requiere comprender que
la familia es el pilar fundamental de la sociedad, el cual está compuesto por
un grupo de personas donde todos conviven y desarrollan costumbres, valores y
principios. Estas costumbres se rigen por sus propias normas y leyes. Además,
que la familia es el primer lugar de aprendizaje no solo académico sino también
emocional y social, estos pueden tener lazos sanguíneos, legales o lazos por
afinidad. Al respecto, el clima familiar es la unión de personas que
desarrollan sentimientos de pertenencia través de sus relaciones y establecen
vínculos de reciprocidad e independencia entre los integrantes de este grupo
social (Mazo, Mejía, y Muñoz, 2019). Además, construyen compromisos
interpersonales entre sus miembros y comparten un proyecto de vida. Minuchini (2004) considera que la familia es el contexto
natural para crecer y recibir auxilio. Asimismo, la familia es un grupo
natural, que en el curso del tiempo elabora sus pautas de interacción. Estas
conforman la estructura familiar, que a su vez rige su funcionamiento, sus conductas
y posibilita su interacción recíproca.
En este mismo orden de ideas, Zavala (2001) manifiesta que la
casa y el colegio son parte de nuestro contexto de interrelación entre los
estudiantes. La familia, por una parte, es la base del proceso de desarrollo en
donde se determina si los hogares son positivos o negativos, de acuerdo a los
niveles de comunicación, unión e interacción para conllevar a un entorno
familiar y a la vez a un equilibrio emocional. Y la Organización Mundial de la
Salud (OMS, 2003) afirma que “la familia es el entorno donde se establecen por
primera vez el comportamiento y las decisiones en materia de salud y donde se
originan la cultura, los valores y las normas sociales”. (p.1).
En
torno a la estructura de la familia Minuchini (1986)
la asume como el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los
modos en que interactúan los integrantes de una familia, asumiéndola como un
sistema que opera a través de pautas o normas transaccionales. Las
transacciones repetidas establecen pautas acerca de qué forma, cuándo y con
quién relacionarse, dichas pautas apuntalan el sistema. Asimismo, el autor
señala que la familia tiene funciones y que tiene como propósitos dos
objetivos: uno es interno vinculado a la protección psico-social
de sus miembros y el otro es externo orientado a la acomodación a una cultura y
la transmisión de esa cultura.
Así Romero, Sarquis y Zegers (1997), citado
por (Zavala, 2001) manifiesta que una de las funciones más importantes de la
familia es satisfacer las necesidades de sus miembros. Entendiendo que cada
miembro de la familia tiene necesidades que debe satisfacer y que son muy importantes para su calidad de vida y
que el hogar es el primer lugar donde los niños aprenden a satisfacer estas
necesidades, lo que favorecerá su futura integración en el medio ambiente y la
sociedad. En este sentido, cada función que tienen las personas cumple un papel
fundamental, dentro de estas funciones el autor menciona: la función económica,
biológica, educativa, psicológica, afectiva, social y la ética y moral, que
transmite los valores necesarios para vivir y desarrollarse en armonía con los
demás.
Además de la estructura y función de la
familia también es oportuno hacer referencia a los tipos de familia. Al
respecto, Plazarte et al. (2021) señala cuatro tipos:
1. La familia nuclear o familia tradicional es la que se encuentra constituida
por sus progenitores (padre, madre e hijos) que conviven bajo el mismo hogar,
se le conoce también como elemental o básica. 2. Familia extensa, compleja,
consanguínea o extendida: es aquella integrada por el padre, o la madre con
hijos, más otras personas con parentesco, como los abuelos o los tíos; 3.
Familia monoparental conformada por uno de los progenitores, el cual es el
único de sus hijos y. 4. Familia mixta, que son productos separaciones o
divorcio, con una nueva unión con otros cónyuges.
Dentro de cada una de estos tipos de familia
existe lo que se conoce como clima familiar; el cual, es asumido por Zavala
(2001) como el estado de bienestar producto de las interacciones que se dan
entre los miembros de la misma. Dicho estado refleja el grado de comunicación,
cohesión, interacción, conflicto y organización con que cuenta la familia y el
control que ejercen unos sobre otros. Mientras que para Vargas (2009) el clima
familiar está vinculado con los intercambios relacionales que los padres
desarrollan con los hijos en el hogar, estos pueden tener variaciones en cuanto
a cantidad y calidad; entendiendo que el tipo de interacción familiar que
establecen los individuos desde la infancia temprana influye en sus diferentes
etapas de vida, posibilitando o dificultando las relaciones en los diferentes
contextos: educativo, formativa, social y familiar.
Por lo tanto, cuando el clima familiar es favorable
está definido por conductas de apoyo, validez y razonamiento. Los cuales
influyen en su estado de ánimo colectivo y su estado de ánimo individual.
Entonces se puede decir que el clima social familiar es como un ambiente, el
cual es percibido por los miembros de la familia, así producen sentimientos,
actitudes, normas y maneras de comunicarse ya sea interpersonal o
intrapersonal. Es así, como el clima familiar juega un papel importante porque
su ajuste es psicosocial y los conceptos asociados al tema son variados. Porque
desde este se aprecia las características socio-ambientales de todo tipo de
familia y se evalúa y describe las relaciones interpersonales entre sus
integrantes y sus particularidades en torno a su estructura básica.
clima familiar es evaluable o medible, una de los
instrumentos más utilizados para ello es la Escala de Clima Social Familiar
(FES) creada por Moos (1984), cuyo objetivo principal
es el de evaluar y describir las características socioambientales
de todo tipo de familias, las relaciones interpersonales entre los miembros de
la familia, los aspectos de desarrollo que tienen mayor importancia en ella y
su estructura básica. Tiene tres dimensiones con sus respectivas subescalas, los cuales son:
1. La dimensión de relación que evalúa el
grado de comunicación y expresión dentro de la familia y el grado de conflictos
existente en ella. Está compuesta por la cohesión, la expresividad y el
conflicto. 2. La dimensión de desarrollo que evalúa la importancia al interior
de la familia y sus procesos de desarrollo personal que pueden ser fomentados o
no por la cotidianidad y la vida en común. Está constituida por la autonomía,
la actuación, lo intelectual cultural, lo social recreativo, la moralidad y la
religiosidad y 4. La dimensión de estabilidad, que ofrece información sobre la
estructura y organización familiar y el grado de gestión y control que ejerce
cada miembro de la familia, está conformada por la organización y el control.
Inteligencia emocional
Hablar de inteligencia emocional, lo define
Jiménez (2020) como la capacidad de motivarse uno mismo lo que implica
fundamentalmente subordinarse a uno mismo para la consecución de unos objetivos
y unos logros. Tiene que ver con la suficiencia de demorar la gratificación y
sofocar la propia impulsividad implica hacer referencia al concepto de
inteligencia, a la forma en que el cerebro puede desarrollarse en distintos
momentos y lugares, a los tipos de inteligencia que los seres humanos pueden
desarrollar que les permita mostrar sus habilidades y destrezas de manera
individual. Para Vigotsky (1995) la inteligencia es
el resultado de la interacción histórico cultural, que puede ser modificada a
través de la actividad, particularmente por el lenguaje. Mientras que para
Piaget (1969) es la capacidad de mantener una constante adaptación de los
esquemas del sujeto al mundo que lo rodea. Dichos esquemas son las
representaciones que posee o construye cada individuo de acuerdo a su entorno.
Al respecto, Gardner (1999) manifiesta que la
inteligencia es la capacidad de resolver problemas o elaborar productos
valiosos para un determinado contexto; asimismo, el autor hace referencia a que
existen ocho tipos de inteligencia y que cada individuo desarrolla una más que
otra: 1. Inteligencia lingüística relacionada con las habilidades del lenguaje
tanto verbal como escrito. 2. La inteligencia lógico-matemática está
relacionada a la forma de manejar números, relaciones, patrones lógicos de
manera eficaz y otras funciones y abstracciones de este tipo; 3. La inteligencia
espacial está orientada a la habilidad de apreciar con precisión la imagen
tanto visual como espacial, de representar gráficamente las ideas, el color, la
línea, la forma, la figura. 4. La Inteligencia Musical, tiene como capacidad
percibir, distinguir, transformar y expresar el ritmo, timbre y tono de los
sonidos musicales; 5. Inteligencia Corporal y cinestésica,
es la habilidad de utilizar el propio cuerpo para expresar ideas y
sentimientos, y sus particularidades de coordinación, equilibrio, destreza,
fuerza, flexibilidad y velocidad, así como psicomotrices y táctiles; 6. inteligencia intrapersonal, está relacionada con la
habilidad de la introspección, de cuidar la autoimagen, la autodisciplina, la
comprensión y el amor propio; 7. Inteligencia intrapersonal, es la capacidad
introspección y de accionar en coherencia sobre la base de este conocimiento,
de tener una autoimagen acertada, autodisciplina, comprensión y amor propio y
la 8. Inteligencia Interpersonal se vincula con la posibilidad de distinguir,
percibir y respetar los estados anímicos y emocionales de los demás.
Estas dos últimas es lo que Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995) ya había denominado
inteligencia emocional y la había percibido con dos variantes la primera el
desarrollo de competencias intrapersonales y la segunda las competencias
interpersonales, dando prioridad a la inteligencia intra,
entendiendo que para conocer y regular las emociones de los demás, primero hay
conocer y estar bien consigo mismo. Lo que coincide con el pensamiento de Bar-On (1997) quien, afirma que la inteligencia emocional es el
conjunto de habilidades intra e interpersonales no
cognitivas que influyen en el éxito y en la capacidad de adaptación al entorno:
lo intrapersonal. Que luego Bar-On y Parker (2018) la
asumen como el conjunto de capacidades personales, emocionales y sociales que
influyen en la manera de adaptarse y hacer frente a las demandas y presiones
del entorno.
El modelo de inteligencia emocional de Bar-On (1997) y que luego fue adaptado para adolescentes por
Bar-On y Parker (2018) propone el uso del inventario
emocional, que abarca aspectos emocionales tanto individuales como sociales. Lo
que implica desarrollar cinco aspectos: 1. Lo intrapersonal que está orientado
a la autocomprensión emocional, asertividad, autoconcepto, autorrealización e independencia; 2. Lo
interpersonal que está destilando a las habilidades sociales; tales como la
empatía, responsabilidad social, relaciones interpersonales y el control de los
impulsos; 3. Manejo del estrés, que hace referencia a la habilidad de tolerar,
controlar y gestionar los diferentes estresores y la gestión adecuada de los
impulsos. 4. Adaptabilidad relacionado con la habilidad para resolución de
conflictos, la negociación, la toma de decisiones, la comprensión y aceptación
de la realidad y la flexibilidad; y la 5. Estado de ánimo que hace referencia a
la habilidad de mantenerse motivado, optimista y feliz ante las diferentes
situaciones de la cotidianidad.
De acuerdo con el enfoque del autor, la
evaluación de la inteligencia emocional puede ayudar a las personas a
identificar sus fortalezas y debilidades en el ámbito emocional. Esto puede ser
especialmente útil para aquellos que buscan mejorar su capacidad para manejar
situaciones estresantes o conflictivas en su vida personal o profesional. El
EQ-i se enfoca en cinco áreas ya mencionadas que al evaluarlas se puede
proporcionar un análisis detallado de la forma en que un individuo maneja sus
emociones y cómo interactúa con los demás. En definitiva, el EQ-i puede ser una
herramienta valiosa para cuando se quiere trabajar en mejorar u optimizar la
inteligencia emocional y la capacidad para relacionarse con los demás de manera
efectiva.
Con todo lo mencionado, el presente estudio
tuvo como propósito analizar la vinculación entre el clima familiar y la
inteligencia emocional en estudiantes de secundaria 1° A y 1° B de la Unidad
Educativa Particular Técnico Humanístico Ebenezer en
la gestión 2022; para lo cual, se revisó las teorías que sustentan ambas
variables, se establecieron y aplicaron lo instrumentos de medición para su
posterior análisis y discusión. Entendiendo que es vital rescatar la
importancia de comprender el vínculo entre el clima familiar y la inteligencia
emocional en estudiantes de secundaria; partiendo del hecho que el entorno
familiar juega un papel crucial en la formación del desarrollo emocional de
niño y adolescentes y que esto tiene un impacto directo en su bienestar general
y su capacidad para desenvolverse socialmente.
MÉTODO
Esta
investigación se desarrolló bajo el paradigma cuantitativo; ya que de acuerdo a
lo planteado por Hernández, Fernández y Baptista (2008) son investigaciones en
los que se recolecta datos numéricos y se analizan para buscar explicar y
verificar teorías identificando causas reales como es el clima familiar y la
inteligencia emocional en el contexto de estudio. El diseño es no experimental,
puede definirse como “la investigación que se realiza sin manipular
deliberadamente variables” (pág. 152), y es transversal definida por el mismo
autor como aquello estudios en los que se recolectan datos en un solo momento,
en un tiempo único, su propósito es describir variables y su incidencia de
interrelación en un momento dado; ya que, los casos van de acuerdo con la
realidad y sin ninguna manipulación intencional de las variables. Asimismo,
este estudio es de tipo no correlacional asumida por
el autor como aquellas que buscan hallar la relación entre las variables
determinadas, sean estas positivas o negativas tal y como trabajó en este
estudio.
En
cuanto a la muestra se constituyó por la totalidad de la población de primer
grado
(1° A y 1° B) del nivel secundario de la Unidad Educativa
Particular Técnico Humanístico Ebenezer, la misma
estuvo conformado por 57 varones y 27 mujeres haciendo un total de 84 los
cuales oscilan entre las edades de 11 a 13 años. La técnica de recolección de
la información fue la encuesta tipo cuestionario, para lo que, se trabajó con
la escala de Clima Social Familiar (FES) creada por Moos
(1984) y el Inventario de Inteligencia Emocional para adolescentes de Bar-On y Parker (2018).
Para la recolección de la información se aplicaron los
instrumentos mencionados en momentos distinto, luego se dio paso a la
tabulación de los datos recolectados de los 2 cursos paralelos para su
posterior procesamiento en los programas de SPSS, Microsoft Office Excel y
Microsoft Word con la intención de obtener los datos estadísticos con una mejor
comprensión para su posterior análisis. Para la
coeficiente e correlación se utilizará la de Pearson:
Dónde:
N = Número de valores o elementos
Σxy = la
suma de los productos de las puntuaciones emparejadas
Σx = la
suma de puntuaciones x
Σy = la
suma de puntuaciones y
Σx2 = Suma de cuadrados Puntuación x
Σy2 = Suma de cuadrados Puntuación y
RESULTADOS
Relación
entre clima familiar y la inteligencia emocional Vinculación entre clima
familiar y la inteligencia emocional
En este apartado se presentan los resultados obtenidos de cada
uno de los instrumentos que fueron aplicados en la investigación, los cuales
exploran el Clima Social Familiar (FES) creado por Moos
(1984) y el Inventario de Inteligencia Emocional desarrollado para adolescentes
por Bar-On y Parker (2018). Ambos instrumentos
ayudaron a alcanzar el objetivo planteado; el cual fue determinar la
vinculación entre el clima familiar y la inteligencia emocional en estudiantes
de secundaria de la Unidad Educativa Privada Técnico Humanístico Ebenezer en la gestión 2022. Los resultados obtenidos de la
aplicación del FES se presentan en la tabla 1.
Tabla 1. Clima familiar según
edad y género
Variable |
|
|
|
|
|
|
|
Genero |
|
|
|
Escala |
11 años |
12 años |
13 años |
Total |
F |
% |
M |
% |
Total |
|
Deficitaria |
0 |
6 |
3 |
9 |
2 |
14.0 |
7 |
14.0 |
9 |
Clima social familiar |
Mala |
4 |
25 |
8 |
37 |
17 |
40.0 |
20 |
40.0 |
37 |
|
Promedio |
1 |
19 |
6 |
26 |
11 |
30.0 |
15 |
30.0 |
26 |
|
Tiende a buena |
0 |
10 |
2 |
12 |
4 |
16.0 |
8 |
16.0 |
12 |
|
Buena |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
|
|
Total |
|
|
|
Total |
|
|
84 |
Fuente: Ban-or y
Parker (2018) Inventario de inteligencia emocional. Nota: El análisis expresa
la frecuencia de un total de 84 participantes.
En la tabla 1 puede observarse que de 84 personas encuestadas
equivalente al 100% de la población Los resultados referentes al clima familiar
según edades son las siguientes: en cuanto a los estudiantes de 11 años se
manifiesta que: 4 de se encuentran en una calificación de malo, 1 en promedio,
0 en déficit, 0 tienden a buena y 0 en bueno; en la edad de 12 años se aprecia
que 25 estudiantes se encuentran en un nivel malo, 19 en promedio, 10
manifiestan déficit, 6 tienden a buena y 0 en bueno; en edades de 13 años se
aprecia que 8 estudiantes se encuentran en un nivel malo, 6 promedio, 3
muestran déficit, 2 tienden a buena y 0 en bueno.
En la tabla 1 se puede evidenciar una clara diferencia entre
varones y mujeres, por ejemplo: un 14% de los varones percibe a su clima
familiar como deficitario, en comparación con un 5.9 % de las damas que tienen
la misma percepción, esta diferencia puede deberse a las
particularidades
inherentes al género, en la que se evidencia que un varón se caracteriza por
sus “limitaciones” al momento de externalizar sus ansiedades, temores,
angustias o demandas emergentes de la dinámica relacional entre la pareja, los
hijos o su entorno laboral; al respecto, Guerrero (2005, citado por Méndez
2021) precisó que los varones, “para demostrar su hombría”, se muestran fuertes
y no hablan de sus sentimientos; por tal razón, no reciben una atención
adecuada, sin embargo camuflan esos sentimientos transformando en diferentes
actividades.
En relación al Inventario de Inteligencia Emocional los
resultados se presentan en la tabla 2.
Tabla 2. Correlación entre
clima familiar y la inteligencia emocional
Variable |
|
|
|
|
|
|
Genero |
|
||
|
Escala |
11 años |
12 años |
13 años |
Total |
F |
% |
M |
% |
Total |
|
Muy Bajo IE: 60 a
95 |
2 |
12 |
3 |
17 |
8 |
10 |
10 |
12 |
17 |
Inteligencia emocional |
Bajo IE: 96 a 131 |
0 |
22 |
7 |
29 |
8 |
10 |
10 |
12 |
29 |
Media IE: 132 a 167 |
2 |
19 |
8 |
29 |
13 |
15 |
15 |
18 |
29 |
|
|
Alto IE: 168 a 203 |
1 |
5 |
1 |
7 |
5 |
6 |
6 |
7 |
7 |
|
Muy Alto IE: 204 a 240 |
0 |
2 |
0 |
2 |
0 |
0 |
0 |
0 |
2 |
|
|
|
Total |
|
84 |
|
Total |
|
|
84 |
Fuente: Ban-or y
Parker (2018) Inventario de inteligencia emocional
En la tabla 2 puede observarse que de 84 personas encuestadas
equivalente al 100% de la población Los resultados referentes a la variable
edades son las siguientes: los estudiantes que tienen 12 años de edad se
encuentran con un elevado número de estudiantes que mencionan tener un bajo
nivel de inteligencia emocional con un total de 22; sin embargo 19 de la misma
edad manifestaron tener un nivel medio en este aspecto. Haciendo notar en la
tabla 2 que en ambas categorías entre los niveles bajo y medio existe un total
igualitario de un 29% el cual nos indica que existe complemento que amortigua
el bajo nivel de inteligencia emocional y esto puede deberse a la Unidad
Educativa ya que posee principios y valores establecidos los cuales pueden ser
la influencia a que se mantenga un equilibrio.
En
torno al género la tabla refiere que 21 estudiantes del género masculino son
los que tienden a tener un bajo promedio en inteligencia emocional y que del
sexo femenino 13 son las que poseen un promedio de media en inteligencia
emocional. Es decir que los varones tienden a tener un nivel bajo en esta
categoría; sin embargo, el total entre las edades de 11, 12 y 13 años
demuestran que existe una similitud con un 29% entre ambos géneros.
Una vez obtenidos los resultados de ambas variables se
desarrolló la correlación los cuales se presentan en la tabla 3. Esta indica el
grado de asociación entre las dos variables, según el sentido de la relación de
estas en términos de aumento o disminución.
Tabla 2. Correlación entre
clima familiar y la inteligencia emocional
Variables |
Inteligencia emocional |
Clima social familiar |
|
Inteligencia emocional |
Correlación de Pearson |
1 |
,513** |
|
N |
84 |
84 |
Clima social familiar |
Correlación de Pearson |
,513** |
1 |
|
N |
84 |
84 |
Nota:
La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)
Fuente: Correlación entre clima familiar y la
inteligencia emocional (2023)
esta
correlación se observa en la tabla 3 los puntajes obtenidos donde r= ,513** el
cual indica que existe una correlación positiva moderada entre las variables de
estudio que son el clima familiar y la inteligencia emocional. Este dato
manifiesta que existe una correlación positiva, entre estas dos variables,
manifestando que, si una variable sube, la otra de igual manera. A mayor
desarrollo del clima familiar, mejor optimización de la inteligencia emocional.
Con base a los resultados presentados, se identificaron ciertas
recomendaciones que podrían ser implementadas en instituciones académicas para
fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional de niños y adolescentes. En
primer lugar, se sugiere que se implementen actividades de gabinete psicológico
dentro de las escuelas, entendido estos de acuerdo a lo planteado por Limachi (2021) como espacios que buscan brindar apoyo en
distintas áreas que generen un antes y un después en el individuo a través del
uso de diversas herramientas y actividades que propicien la participación y el
desarrollo de la persona, con pruebas de
diferentes tipos; tales como
personalidad, intereses y aptitudes y fichas de trabajo.
En
segundo lugar, se recomienda desarrollar actividades extracurriculares que den
importancia al valor de la salud mental, entendiendo que la esta constituye un
es un aspecto fundamental que debe ser tomado en cuenta en la vida de cualquier
persona, y en especial de los estudiantes. Por esta razón, es importante que
las instituciones educativas desarrollen actividades extracurriculares que
promuevan su cuidado con el fin de generar conciencia sobre el tema y fomentar
prácticas saludables en los estudiantes. En este sentido, se podrían organizar
charlas y talleres orientadas a estos tópicos, tal y
como señala Limachi (2021) al proponer actividades de
difusión que tengan como propósito educar sobre temas vinculados a desarrollo
personal del estudiante; asimismo, se pueden realizar actividades físicas y
deportivas que fomenten el bienestar emocional.
En tercer lugar, se
exhorta a la escuela a capacitar a todos los docentes a trabajar en temas como
clima familiar e inteligencia para que
puedan trabajar con los estudiantes a su cargo de manera más focalizada y
brindarles herramientas para mejorar su bienestar emocional. En resumen, la
implementación de estas recomendaciones podría contribuir significativamente a
mejorar la salud mental de los estudiantes y fomentar una dinámica familiar más
saludable desde las instituciones académicas. Y en cuarto lugar y quizás el más
importante, se propone a las instituciones educativas la capacitación de los
docentes en temas relacionados tanto con clima familiar como de inteligencia
emocional, tal y como lo propone Bisquerra (2010) en
su modelo educación emocional para que puedan trabajar con los estudiantes de
manera más focalizada y brindarles herramientas para mejorar su bienestar
emocional. Con estas medidas, se espera que se pueda mejorar la salud mental de
los estudiantes y fomentar una dinámica familiar más saludable desde las
instituciones académicas.
DISCUSIÓN
Después de haber analizado e interpretado los
resultados obtenidos por cada variable se determinó que existe una relación
positiva entre las variables clima familiar y la inteligencia emocional de la
Unidad Educativa Privada Técnico Humanístico Ebenezer;
ya que los estudiantes de 1° A y 1° B se encontraban en una edad de transición
y están en procesos de cambios conductuales y cambios físicos, además están
ingresando a tener crisis existenciales con respecto a su identidad así como
menciona Erikson (1987) Vigotsky (1984). Asimismo, se
debe recalcar que la población estudiada tiene un nivel promedio en su clima
familiar y un nivel de media en inteligencia emocional. Es decir, que los
estudiantes de 1° A y 1° B del nivel secundario de la institución contexto de
estudio tienen un buen clima familiar y un moderado nivel de inteligencia
emocional. Esto quiere decir que existe una correlación positiva entre el clima
familiar y la inteligencia emocional donde r=.513**, siendo que, a mayor clima
familiar, mayor inteligencia emocional. Con lo que, se puede deducir en los
factores de estabilidad y la inteligencia emocional que, si existe una relación
significativa, aunque no como mucha predominancia; sin embargo, está se
encuentra en un nivel promedio con un puntaje estadístico de r=578, el cual
arroja a un 70% de confiabilidad. Y nos hace saber que la correlación es positiva;
es decir, se vinculan ambas variables.
De acuerdo a los resultados obtenidos, se
puede deducir, como ya se ha mencionado, que a mejor clima familiar mayor
inteligencia emocional y a los diferentes postulados que sustenta teóricamente
estas variables se puede afirmar incluso que a mayor desarrollo de inteligencia
emocional mejor clima familiar. La optimización de la inteligencia emocional
está orientado según Goleman (1995) al del autoconocimiento, la gestión
emocional, la automotivación, la empatía y las habilidades sociales y mientras
que Bar-On (1997) está destinado a desarrollar
habilidades intra e interpersonales considerando
aspectos como la empatía, la adaptabilidad y estados anímicos, habilidades muy
adecuadas para el desarrollo de buen clima familiar, que de acuerdo a lo
planteado por Moos (1984) debe estar orientado a la
cohesión, la expresividad, resolución adecuada de problemas, autonomía de sus
miembros, buenas relaciones entre sus integrantes y fuera de ella (lo social
recreativo), organización y control. En este sentido, pareciera que hay un
juego cíclico entre estas variables.
En este juego, el binomio familia-escuela es
de suma importancia; ya que en la a actualidad, la educación emocional se ha
convertido en un tema de gran importancia en la sociedad. La familia y la
escuela juegan un papel fundamental en este proceso, ya que ambos deben
trabajar juntos para asegurarse de que los estudiantes desarrollen habilidades
emocionales esenciales para la vida. Esto es lo que se conoce como
alfabetización emocional, un concepto acuñado por Goleman (1995) Las
instituciones educativas deben ser el motor de la sociedad y promover la
educación emocional para garantizar que los estudiantes adquieran las
habilidades necesarias para ser adultos responsables y para tener familias
saludables y armoniosas en el futuro. De hecho, mientras más estudiantes
educados emocionalmente tengamos, mejores serán las futuras generaciones.
Al
respecto, Bisquerra (2010) afirma que la educación
emocional debe ser incluida tanto en los sistemas formales como no formales, lo
que contribuirá al desarrollo de las competencias de clima familiar señaladas
por Moos (1984). Por lo tanto, es esencial que tanto
la familia como la escuela trabajen juntos para fomentar el desarrollo
emocional de los estudiantes y así lograr un ambiente familiar más armónico y
saludable. Evidentemente este planteamiento, no puede dejar de lado que la
familia es el grupo primario de pertenencia de cualquier persona y que está
ligada a los procesos de transformación de la cultura. En este sentido, Ruiz
(2010) manifiesta que la familia es para cada individuo un sistema de
participación, en el que están expuestos a exigencias y a un contexto en que se
expresan y se identifican las emociones y en el que se producen las primeras
relaciones sociales, que les conducirán en la manera de vincularse dentro y fuera
de ella.
A
tal efecto, es vital que tanto la familia como la escuela trabajen juntos para
fomentar el desarrollo emocional de los estudiantes, lo que contribuirá a crear
un ambiente familiar más armónico y saludable. La familia es el grupo primario
de pertenencia de cualquier individuo y está ligada a los diferentes procesos
de transformación de la cultura. Por ello, es importante que se produzca una
vinculación entre
la familia y la escuela para favorecer el proceso de alfabetización emocional
de los estudiantes. El desarrollo emocional es un aspecto crucial del
crecimiento de niños y adolescentes; ya que, da forma a su capacidad para
comprender y expresar sus emociones de manera efectiva. La familia juega un
papel importante en este desarrollo debido a que es el grupo principal al que
pertenece cada individuo. Es dentro de esta que aprenden primero sobre las
emociones, cómo manejarlas y cómo construir relaciones significativas.
La participación de las familias en el proceso educativo es
esencial para lograr una continua y constante formación de los estudiantes, lo
que permitirá conseguir un mejor clima familiar y un mejor desarrollo
emocional. En definitiva, la educación emocional es un tema que debe ser
abordado de manera integral y en conjunto entre la familia y la escuela para
lograr una formación completa y efectiva de los estudiantes; porque esta juega
un papel crucial en su desarrollo integral debido a que la optimización de
habilidades sociales y emocionales, como la autoconciencia, la autorregulación,
la empatía y la construcción de relaciones saludables. Estas habilidades no
solo son beneficiosas para el éxito académico, sino también para fomentar la
salud mental positiva y el bienestar general.
CONCLUSIONES
En
definitiva la familia es el núcleo principal de cualquier persona; en el que,
aprende sus primeras habilidades sociales y que la escuela funciona en este
punto como complemento para el adecuado desarrollo de su emocionalidad de
manera de garantizar una formación integral y de calidad; por ello, temas como
el clima familiar e inteligencia emocional deben ser abordados desde el binomio
familia-escuela con la intención de desarrollar en los estudiantes habilidades
propias de cada una que les permitan devolverse mejorar en cualquier contexto
de su cotidianidad. La familia juega un papel crucial en la configuración del
desarrollo social y emocional de un individuo. Un niño aprende habilidades
sociales esenciales e inteligencia emocional dentro del entorno familiar. Es dentro
de la familia que aprenden a comunicarse, formar relaciones, expresar emociones
y regular sus propias respuestas emocionales.
Sin embargo, la familia por sí sola no puede ser la única
responsable del desarrollo completo de la inteligencia emocional de la persona.
Aquí es donde entran en juego otros factores, como las instituciones educativas
y las relaciones entre los pare; si bien la familia proporciona las condiciones
para el clima familiar y la base de la inteligencia emocional, es a través de
las interacciones con sus compañeros que los estudiantes aprenden a navegar por
la
dinámica social
y desarrollan competencias como la empatía, la negociación, el asertividad,
entre otras habilidades sociales. Las relaciones entre pares exponen al
individuo a diferentes perspectivas, ayudándolos a comprender y adaptarse a
diversas emociones y necesidades.
Estas interacciones también brindan oportunidades para la
práctica de la regulación emocional y la resolución de conflictos, habilidades
que son esenciales para interacciones familiares saludables.
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