www.revistawarisata.org

 

Volumen 2 / Nro. 5 / Mayo – Agosto 2020 / ISSN: 2708 - 6305 / ISSN-L: 2708 - 6305 / Pág. 86 - 98

 

Aculturación de la conducta sexual de los varones de la etnia Warao. Propuesta de acciones educativas desde la infancia

 

Acculturation of the sexual conduct of the males of the ethnia Warao. Proposal for educational actions since children

 

Lesbia González Rada

lebagonzalez@gmail.com

Código ORCID: 0000-0002-3311-1474

Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas, Venezuela

 

I Artículo recibido en febrero 2020 I Arbitrado en abril 2020 I Publicado en mayo 2020

 

RESUMEN

El objetivo de esta investigación fue analizar el impacto de la aculturación en la conducta sexual de los varones de la etnia warao que habita en el municipio Tucupita del estado Delta Amacuro, Venezuela, con el fin de proponer acciones educativas que incidan en la sexualidad desde la infancia. Para ello se empleó el paradigma sociocrítico, con una investigación etnográfica, enmarcada en la modalidad de campo, de carácter descriptivo, explicativo e interpretativo. Se recurrió a tres informantes claves. Los resultados evidenciaron que la conducta sexual de los varones de la etnia warao se ha visto influenciada por la actuación de los mestizos, han adquirido una conducta afeminada que rompe con todo patrón social establecido por esa comunidad. Por lo que se recomienda concentrar esfuerzos en la población infantil a partir de orientaciones en relación con su identidad sexual desde la edad preescolar.

 

Palabras clave: Aculturación; etnia warao; identidad sexual; sexualidad

 

ABSTRACT

The objective of this research was to analyze the impact of acculturation on the sexual behavior of the men of the Warao ethnic group that lives in the Tucupita municipality of the Delta Amacuro state, Venezuela, in order to propose educational actions that affect sexuality from the childhood. For this, the sociocritical paradigm was used, with an ethnographic investigation, framed in the field modality, descriptive, explanatory and interpretive. Three key informants were used. The results showed that the sexual behavior of the men of the Warao ethnic group has been influenced by the actions of the mestizos, they have acquired an effeminate behavior that breaks with all social patterns established by that community. Therefore, it is recommended to focus efforts on the child population based on guidelines regarding their sexual identity from the preschool age.

 

Keywords: Acculturation; warao ethnicity; sexual identity; sexuality

 

Descripción: D:\Users\CIDE\LOGO REVISTA.jpg

 

INTRODUCCIÓN

Las comunidades indígenas en Venezuela se encuentran agrupadas y, a su vez, presentan una gran variedad entre una y otra, obedeciendo así a los procesos de movilización territorial, readaptación y mestizaje. Cada poblado bien sea por costumbre, cultura o por razones de tipo geofísico, ha establecido su representación en cuanto a la manera de hablar, vestir, alimentarse, rituales, organización social y sus costumbres. Y aunque todos los pueblos tienen este origen común, cada uno de ellos ha desarrollado su manera de ser, adecuándose a sus condiciones particulares de vida.

Las circunstancias de las etnias han ido evolucionando con el transitar del tiempo, les ha tocado ir adecuándose a los acontecimientos como fruto de las interacciones con diferentes culturas, ya que existe un intercambio de elementos culturales entre ellas, y debido al contacto directo continuo, se viene produciendo la aculturación, transformándolas en poblaciones rurales y urbanas.

El proceso de aculturación de los últimos años ha transformado a los pueblos indígenas venezolanos, lo que ha provocado cambios en las pautas culturales de esos grupos, tal es el caso de su forma de hablar, vestir, organización social, hábitos y costumbres. Según Berry (2003, como se citó en Hendrix, 2015), en el término de aculturación coexisten dos o más culturas independientes que entran en contacto con sus propios valores, normas, actitudes y personalidad que implica una interacción bidireccional, que quiere decir que ningún grupo cultural sigue sin cambios por el contacto cultural.

La cultura de las etnias indígenas venezolanas es muy diversa. En general, es poco conocida y ha sido estudiada de una manera muy desigual. Dada la importancia del contexto cultural en la formación del patrón sexual (conducta sexual) de todo individuo, incluir una descripción de la cultura de la etnia que será objeto de estudio, fue determinante en esta investigación. Por ello, Bianco (1984, como se citó en González, 2002) señala que la conducta sexual es vista “como el conjunto de acciones y manifestaciones de carácter sexual, que han sido producto de la interacción de las conductas innatas (fisiológicas) y aprendidas (socioculturales) a lo largo del período de la vida del hombre” (p. 31) y que estas “establecen su patrón sexual” (p. 31).

Tal como lo expresa este autor, en las conductas sexuales se pueden observar dos posturas una innata y otra aprendida, en esta investigación se asume esta posición. Sin embargo, la población indígena posee costumbres muy arraigadas con respecto a la sexualidad, destacando que no existen patrones de crianza donde hay distinción entre un sexo y otro, inclusive no hay un noviazgo previo, la mujer acostumbra a "escaparse" con la pareja elegida bajo las sombras de la noche.

La etnia warao, asentada en el estado Delta Amacuro, no está exenta de la realidad cultural devenida en las etnias existentes en el resto del país, producto de la aculturación sexual que ha alcanzado una prevalencia importante en los últimos años, concretamente en el municipio Tucupita. Una primera aproximación al fenómeno de la aculturación sexual de los waraos se obtuvo en las calles de Tucupita, a través de observación directa. Allí se evidenciaron jóvenes indígenas con ademanes femeninos y quienes además utilizaban prendas de vestir propias de las mujeres. Esto fue lo que motivó la realización de la presente investigación, y a los fines de obtener mayor información, en visitas a comunidades indígenas Yakariyene, el Cajón y Janokosebe, se hicieron observaciones y entrevistas informales, las cuales permitieron conocer que, en efecto, existen indígenas tidawina (homosexuales), según lo manifestado por algunos habitantes. Posteriormente, se obtuvo información de la existencia de una comunidad indígena cercana a Tucupita, donde existen indígenas waraos, que no ocultaban su homosexualidad.

Es de exponer que por referencia de otros informantes en la mencionada comunidad existe convivencia entre parejas del mismo sexo (varones), donde una de ella hace el papel de mujer; cocina y lava la ropa a su marido. Además, de acuerdo con algunos informantes jotaraos (no indígenas) de la zona, efectivamente, en la referida comunidad existen muchos casos de homosexualidad; es más algunos waraos admitieron que realmente les gusta ser homosexuales.

En consultas hechas a personas conocedoras de la cultura warao, señalaron que una de las causas de esta conducta es producto de la relación entre las dos culturas; la warao, por ser débil, posee identidad precaria, y la mestiza, por ser fuerte, ha impuesto rasgos culturales que los waraos han adoptado como suyos; lo que propicia la aculturación de algunos rasgos, entre ellos la homosexualidad. Por otra parte, estas personas también indicaron que existen otros ingredientes agregados, como la ingesta de alcohol y drogas, la observación de películas pornográficas, entre otros, los cuales inducen a los indígenas jóvenes a practicar sexo, sin mediar con quién ni cómo llegan hasta ello; lo cierto es que la homosexualidad en los waraos es un hecho que era impensable hace algunas décadas, pero hoy es una realidad.

Cabe reforzar que la aculturación influye en el pensamiento y en las formas de comportamiento, que al ser combinados a todos los elementos socioculturales, sexuales, religiosos y lingüísticos autóctonos con el mestizaje, dan origen a los cambios culturales; es este caso particular el de las conductas sexuales aprendidas que se han observado en los varones de la población indígena warao.

Entre las consecuencias importantes que trae la aculturación sexual en esta población, está que comienzan a prostituirse desde temprana edad, son vulnerables a contraer infecciones de transmisión sexual, además de ser presas fáciles de la drogadicción y actos delictivos.

De persistir la aculturación sexual en la etnia warao esta continuará creciendo y con ello incrementándose, dando cabida al contagio de enfermedades transmitidas por el contacto sexual, tales como, VIH-SIDA, sífilis, hepatitis C, que irremediablemente originan un final no deseado: la muerte.

La importancia de disminuir la aculturación sexual en la etnia warao, desde una perspectiva antropológica, aún cuando se acepte que algunas características del desarrollo psicológico pueden considerarse válidas para toda la humanidad, ya que cada sociedad tiene una representación propia de lo que es el “hombre” y la “mujer”, resulta beneficioso definir los elementos y comportamientos que para esa etnia se consideran “normales”, a fin de que se fortalezcan no solo su identidad sino también sus tradiciones y costumbres. De allí que sea relevante pensar en el crecimiento psicológico y cultural de los niños de la etnia warao con prácticas diferenciadas por género, que les permitan integrarse a la sociedad como personas perfectamente formadas acordes con el resto de la población local sin alterar su esencia, porque lo que se busca es disminuir la posible aculturación sexual entre la población indígena que cohabita en la capital deltana con otros grupos étnicos, mestizos y colonos en un espacio en el que cotidianamente circulan diferentes valores que, por su gran capacidad de transformación, son involucrados dentro de su organización social, con lo que se deben aplicar estrategias que minimicen esta realidad que es distinta a su cultura.

Lo anterior llevó a plantearse como objetivo de la investigación analizar el impacto de la aculturación en la conducta sexual de los varones de la etnia warao que habitan en el municipio Tucupita del estado Delta Amacuro, para proponer acciones educativas desde la infancia que la disminuyan.

 

Las comunidades indígenas

Las comunidades indígenas en la actualidad viven en constante interacción con otros grupos étnicos y mestizos en un espacio en el que cotidianamente circulan diferentes valores que, por su gran capacidad de transformación, son involucrados dentro de su organización social. Aun así, la población warao cuenta con pocas investigaciones relacionadas con el tema de su sexualidad, hasta el momento, pero las que se encuentran pueden ser contrastadas con la realidad presentada para el desarrollo de esta investigación.

Sin embargo, se debe hacer mención, al ensayo realizado por Monsoyi (1984), donde reveló lo devastador de la aculturación en los pueblos indígenas, allí expresa:

 

Entre los indígenas venezolanos existe la queja unánime y dolorosa de que el contacto creciente con el mundo criollo ha generado en su seno o cuando menos agravado- un conjunto de problemas muy serios relacionados con la sexualidad: comportamiento abusivo del hombre criollo hacia la mujer indígena; aumento en la intensidad y violencia del machismo entre los propios indígenas; maltrato y abandono de la mujer y de los hijos por parte del hombre indígena aculturado; desintegración de la esfera de acción propiamente femenina en las culturas tradicionales, sin que aparezca ninguna fórmula sustitutiva socialmente válida. (p.180)

 

Cultura indígena vs. aculturación

El lugar cultural de cada individuo puede considerarse como el nudo central de una trama social donde las coordenadas generales están establecidas de antemano, pero dejando abiertas las posibilidades de algunas variaciones, dentro de los límites permitidos, derivadas de la psicología e historia personal del individuo. Por esto, el valor social del individuo depende directamente de su capacidad y/o posibilidad de dar respuesta a las expectativas de su sociedad y, particularmente, de su grupo de adscripción; pero también depende de la construcción de sí mismo que cada uno emprende, a veces en contra de su misma sociedad, sobre todo cuando se encuentra expuesto al contacto con otras culturas.

La acultura es todo proceso social en el que existe el encuentro de dos culturas en términos desiguales, una de ellas dominante y la otra dominada. Es dominante, por un lado, porque la acción cultural invasora se impone por la fuerza o la violencia y, por otro lado, aunque la dominada es violentada o conquistada, hace frente a la intervención de los primeros, mediante el sometimiento incondicional o a través de la resistencia social, valiéndose de múltiples recursos de subsistencia (Wachtel, 1976). Esto quiere decir que la cultura que “interviene” no logra necesariamente una dominación total sobre la otra, como tampoco la cultura “intervenida” pierde completamente sus patrones culturales. Las relaciones de aculturación están acompañadas de imágenes de los otros y de sí mismos.

Los waraos no son promiscuos por naturaleza, es debido a la aculturación que se han venido observando algunas relaciones revueltas de mujeres “alocadas” (eso dicen en la aldea), y hombres relacionándose unos con otros (aculturación sexual).

Los waraos poseen una forma de vida en la que se destacan la sobriedad, el equilibrio, el comedimiento en la relación humana; analizada en los términos más generales, se trataría de una cultura apolínea, según la clasificación de Ruth Benedict (2010). En principio, el individuo inestable, alocado, disperso, es bastante mal visto por la comunidad.

Esa seriedad y autocontención omnipresentes moldean igualmente las relaciones sexuales, familiares y humanas, en general, sobre todo en el plano ideal de la normatividad. A los niños les está vedado hablar mucho de sexo o demostrar una gran curiosidad al respecto. Transgredir esa norma se interpreta como falta de respeto y ociosidad; hasta puede ser motivo de leves castigos físicos por parte de los mayores.

La sociedad warao se rige por un conjunto de normas que restringen la libertad sexual de manera apreciable. La dinámica que se produce entre vivencia psicológica, pasado familiar e individual y contexto cultural determina el sentido que cada individuo siente tener (o no tener) y que despliega en los performances cotidianos, cuando la identidad es puesta en juego. De hecho, es en la vida cotidiana donde la identidad del individuo funciona de manera automática, asumiendo dinámicamente un aspecto u otro según las circunstancias y el posicionamiento relacional que necesita, además de las estrategias elaboradas para alcanzar un determinado fin (estudios en etnometodologías, según Garfinkel, 2006). De esta manera, las decisiones de los individuos dependen tanto de su elección personal como de los contenidos culturales que han dado forma a su psicología, ya que la identidad grupal debe expresar estructuras de acción comunes sin las cuales no sería posible su misma existencia. Entre diferencias individuales, históricas y psicológicas, y estructuras culturales comunes se despliega la personalidad de los individuos, sus caracteres y sus actitudes.

 

Identidades y orientaciones sexuales

El carácter histórico de la sexualidad ofrece al “yo” la capacidad de transformarse en sus múltiples realidades sociales. La clase social, la raza, la procedencia, el territorio y la etnia se convierten en aspectos significativos dentro de su construcción, alejándolo así de realidades universales y transculturales, de las que incluso el sexo como entidad biológica “invariable” y la genitalidad como relación sexual entre los genitales femeninos y masculinos, también se escapan.

Es parte natural de la vida tener sentimientos sexuales. A medida que los seres humanos sobrepasan la niñez y atraviesan la pubertad, dirigiéndose a la edad adulta, dichos sentimientos sexuales se desarrollan y cambian. Los cambios físicos y hormonales de la pubertad producen en la adolescencia nuevas formas en los sentimientos sexuales, los que les afecta, tanto corporal como mentalmente, de tal manera que es muy probable que se interroguen sobre nuevos o intensos sentimientos sexuales. Dichos cambios y dudas hacen parte de la estructuración de la identidad, pero esta, dentro del supuesto binario de sexo/género, es igualmente dividida.

El término “identidad sexual” hace referencia a dos conceptos diferentes, el primero concerniente a la identidad y a la sexualidad, y el segundo alude a la experiencia interna de pertenecer a uno u otro sexo. Según el autoconcepto de cada persona, en el primero se relaciona el sexo, género, orientación sexual, identidad de género y un cúmulo de habilidades con las cuales la persona desarrolla su vida en relación con su sexualidad; por lo tanto, no tiene que ver con la manera en que el sujeto es considerado por la sociedad, sino que hace referencia a cómo se piensa a sí mismo, independientemente de la apariencia física que tenga. Las identidades heterosexual, homosexual, bisexual, transexual o cualquier otra forma de construir identidad sexual propia en la diversidad cultural, son ejemplos de identidad sexual (OMS-OPS, 2000).

La identidad sexual es la realidad a través de la que nos vemos físicamente; la identidad de género como el conjunto de factores psicológicos que nos permiten asumirnos y sentirnos como hombres o mujeres; relacionados con una orientación sexual que nos inclina a desear sexual y afectivamente a uno, otro o todos los sexos y géneros existentes; se estructuran como elementos fundamentales dentro de la comprensión de la sexualidad humana, así como en la diversidad de formas en que esta se presenta, superando así el supuesto binario tradicionalmente asumido para la explicación del sexo y el género.

Desde una perspectiva antropológica, aún cuando se acepte que algunas características del desarrollo psicológico pueden considerarse válidas para toda la humanidad, cada sociedad tiene una representación propia de lo que es el “hombre” y la “mujer”, además de definir los elementos y comportamientos que localmente se consideran “normales”. A partir de esta conclusión relativista, por lo menos en el ámbito metodológico, es posible pensar el crecimiento psicológico y cultural de los niños como un proceso característico de cada sociedad, ya que, para llegar al “adulto deseable”, esta produce toda una serie de prácticas a través de las cuales los individuos, diferenciados por género, puedan ser “transformados” en personas perfectamente integradas con el resto de la población local. En este sentido, como bien lo ha indicado la escuela de “personalidad y cultura” en el siglo pasado, solamente después de la identificación particular de los recorridos formativos y enculturativos de cada sociedad, es posible desarrollar una perspectiva comparada que nos permita identificar semejanzas y diferencias en cada una de las formas, así como el valor y la función de cada una de las etapas que las conforman.

Los postulados, ya ampliamente demostrados, que orientaron las investigaciones de campo de la escuela de “Personalidad y cultura” son los siguientes:

 

1.    Que las experiencias tempranas del individuo ejercen un efecto duradero sobre su personalidad, especialmente sobre el desarrollo de sus sistemas proyectivos.

2.    Que experiencias similares tienden a producir configuraciones similares en la personalidad de los individuos que se sujetan a ellas.

3.    Que las técnicas que los miembros de una sociedad cualquiera emplean en el cuidado y en la crianza de los niños, son modeladas culturalmente y tienden a ser semejantes, aunque nunca idénticas, para las diversas familias que forman dicha sociedad.

4.    Que las técnicas, modeladas culturalmente para el cuidado y crianza de los niños, difieren de una sociedad a otra (Linton, 1945, p. 9).

 

De esta manera, por lo que se refiere al conocimiento antropológico, es posible pensar a cada grupo humano como un “caso específico” a partir del cual se puede averiguar cómo las pautas culturales participan directamente en la construcción y desarrollo de la personalidad individual.

 

La “coexistencia de dos sistemas de valores crea una situación de conflicto que muchas veces obliga al grupo dominado a adoptar algunos rasgos de la cultura dominante” (Wachtel, 1976, p. 213).

 

MÉTODO

El marco de referencia de esta investigación fue el paradigma cualitativo interpretativo que, según González (2003), es una forma de satisfacer las exigencias epistemológicas inherentes al estudio de la subjetividad como parte constitutiva del individuo y de las distintas formas de organización social. La subjetividad no es producto de la cultura, es en sí misma constitutiva de la cultura, no puede ser considerada como resultado subjetivo de procesos objetivos externos a ella, sino como expresión objetiva de una realidad subjetivada.

De manera que el paradigma cualitativo interpretativo se sustenta en una concepción prioritariamente humanista para entender la realidad social. Implica el examen intensivo y en profundidad de diversos aspectos de un mismo fenómeno específico. Consiste en la comprensión de los fenómenos que inciden en determinado problema dentro de un grupo o la sociedad, profundizando la discusión y el análisis de dicho problema.

El método más indicado en una investigación va a depender de cuánto y hasta dónde se espera profundizar. En el caso de esta fue el método etnográfico, pues es el de mayor preferencia para entrar a conocer un grupo étnico, racial, de ghetto o institucional (tribu, raza, nación, región, cárcel, hospital, empresa, escuela y hasta un aula escolar, etc.) que forma un todo muy sui géneris y donde los conceptos de las realidades que se estudian adquieren significados especiales: las reglas, normas, modos de vida y sanciones son muy propias del grupo como tal.

La población objeto de estudio la constituyen los varones de la etnia warao, que habitan en el municipio Tucupita, cuya conducta es afeminada y poco cónsona con su patrón de comportamiento, aproximadamente entre 12 y 20 años de edad, en el municipio Tucupita.

Ahora bien, el interés de esta investigación no fue solo comprender e interpretar la realidad objeto del estudio, referido a la aculturación sexual manifiesta en varones de la etnia warao. Sería realmente ambicioso decir que se pretende cambiar dicha realidad. Sin embargo, es posible implementar acciones educativas que coadyuven a la liberación de otros individuos de la influencia de esta conducta aprendida.

Se utilizó el diseño dialógica emergente, propio de la investigación cualitativa crítica, en la que el investigador y los participantes, pretenden conocer el fenómeno en su entorno natural; por lo tanto, durante todo el proceso investigativo reflexionan sobre sus propias creencias y conocimientos, para ubicar de manera precisa la influencia que estos tienen en la realidad en estudio.

Por lo tanto, tal como dice Fraga (2002), el diseño en la investigación cualitativa está sujeto a cambios, los cuales se producen en la medida que se desarrolla la investigación; según lo que se vaya descubriendo.

El análisis de datos cualitativos es un largo proceso que se inicia con la recolección de las informaciones y se desarrolla en algunos momentos, conjuntamente con la toma de notas. Interpretar exige atención a los detalles, identificar, comparar, relacionar e ir de las partes al todo y del todo a las partes, es un movimiento constante de los datos a la reflexión y de la reflexión a los datos.

De acuerdo con el tipo de investigación seleccionada, se encuadró el tema en la entrevista a dos informantes claves, los cuales fueron dos waraos (criollos) homosexuales. Sin embargo, muchas de las preguntas formuladas se hicieron a partir de datos obtenidos en una entrevista previa realizada a un criollo (mestizo) homosexual que ha convivido con la comunidad indígena. La entrevista hecha a los indígenas se hizo con el propósito de obtener los datos necesarios para guiar la investigación, las respuestas dadas en la entrevista en profundidad permitieron analizar los incidentes en términos de categorías de análisis, según las recomendaciones dadas por Glaser y Strauss (1967).

Estos temas fueron desarrollados por los informantes en el transcurso de la investigación, se pensaron y formularon para orientar la investigación, a medida que se iba avanzando en el contexto del estudio.

Una vez obtenidos los datos suministrados por los informantes claves, a través de la entrevista a profundidad, se procedió a construir las categorías definitivas, y, consecutivamente, analizar las informaciones obtenidas, siguiendo los lineamientos establecidos en la técnica de análisis de contenidos.

 

RESULTADOS

Los resultados permitieron que se evidenciaran las siguientes categorías:

En relación con la categoría “conducta sexual” de la etnia warao, se hace necesario distinguir, en principio, entre sexo y sexualidad y, por último, cómo influye en la formación de la conducta del ser humano independientemente de la etnia a la cual pertenece. La Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Organización Panamericana de la Salud, OPS (OMS-OPS, 2000) reconocen que el concepto sexo hace referencia al conjunto de atributos biológicos que determinan al espectro de humanos como hembras o machos; sin embargo, señalan como dificultad en la conceptualización de la sexualidad humana la confusión existente entre “sexo” y “sexualidad”. El sexo no es tan simple como la fachada sexual que se posea, pues se debe observar desde los aspectos genéticos hasta lo psicosocial del individuo, que corresponde a su comportamiento sexual y sus relaciones con quienes le rodean.

En los varones de la etnia warao, que fueron observados para este estudio, se pudo evidenciar que para el momento de la investigación, uno de cada diez, individuos posee una conducta afeminada, aunque en apariencia es poca, para esta población es importante, por cuanto no es la forma habitual de comportamiento dentro de la mencionada etnia, quienes poseen una forma de vida en la que se destacan la sobriedad, el equilibrio, el comedimiento en la relación humana, siendo igual en cuanto a su sexualidad.

Si bien es cierto que está establecido en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 20, que toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de las demás y del orden público y social, se ha señalado anteriormente, que toda colectividad tiene sus particulares y la etnia warao tiene ciertas peculiaridades relacionadas con la sexualidad de sus integrantes, cifrando lo que establece la OMS (2006), que la define como: "Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida que abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual”.

Es parte natural de la vida tener sentimientos sexuales. A medida que los seres humanos sobrepasan la niñez y atraviesan la pubertad, dirigiéndose a la edad adulta, dichos sentimientos sexuales se desarrollan y cambian. Los cambios físicos y hormonales de la pubertad producen en la adolescencia nuevas formas en los sentimientos sexuales, lo que les afecta, tanto corporal como mentalmente, de tal manera que es muy probable que se interroguen sobre nuevos o intensos sentimientos sexuales.

En conclusión, el comportamiento sexual como la realidad a través de la que se observa físicamente; la identidad de género como el conjunto de factores psicológicos que permiten asumir y sentir como hombres o mujeres; relacionados con una orientación sexual que inclina a desear sexual y afectivamente a uno, otro o todos los sexos y géneros existentes; se estructuran como elementos fundamentales dentro de la comprensión de la sexualidad humana, por lo que pese a ser aceptados por la sociedad warao, estos tienen ahora un poco más de libertad para mostrarse tal cual ellos son y sienten, siempre y cuando respeten las normas de convivencia de su comunidad, como es no ser exhibicionista en relación con la orientación de su preferencia.

Con respecto a la categoría “aculturación sexual” en la población warao, la cultura sexual de esta etnia es poco conocida y ha sido estudiada desde la cantidad de hombres y mujeres que la conforman, evitando cualquier otro dato, dado el contexto cultural en la formación del patrón sexual de estos individuos.

En las conductas sexuales se pueden observar dos posturas, una innata y otra aprendida. La población indígena posee costumbres muy arraigadas con respecto a la sexualidad, por cuanto no existe una identificación sexual antes de los doce años, pues ambos sexos aprenden las mismas costumbres sin distingo alguno de sexo, lo que les deja como consecuencia la posible curiosidad en ambos casos (hombre o mujer) de experimentar sexualmente con uno u otro. Es necesario acotar que los waraos no son promiscuos por naturaleza, es debido a la aculturación que se han venido observando algunas relaciones revueltas de mujeres “alocadas” (eso dicen en la aldea) y hombres relacionándose unos con otros (aculturación sexual).

La aculturación sexual es visible en la homosexualidad, referenciando a los sujetos “objeto de deseo”, siendo estos del mismo sexo, cabe aclarar que la homosexualidad a pesar de ser aplicada a personas de ambos sexos, tendió a referirse de forma más común a los hombres (Esguerra, 2006, pp. 262-264). En la población estudiada se encontró que solo los varones entre 12 y 20 años de edad y más, muestran un comportamiento afeminado que va desde la forma de vestir, con pantalones muy cortos, camisetas, faldas cortas y top, esto aunado a la forma de caminar y de expresarse, lo cual fue observado en la comunidad, hecho que los altera socialmente, por cuanto anteriormente no era visible, en ninguna comunidad, pues ellos se han apropiado y se sienten apoyados por la población mestiza circundante, quienes no tienen reparo en mostrarse tal cual sienten y visten cuando están identificados con esta conducta, siendo los más vulnerables los adolescentes.

La adolescencia es el periodo de los seres humanos en el que van forjando su personalidad y descubriendo quienes son realmente, y cuando tienen cierta libertad de mostrar lo que son, lo hacen sin reparo alguno, actualmente la población homosexual en los mestizos es tan vistosa como influyente para los waraos, quienes cohabitan diariamente con ellos.

Para los habitantes del municipio Tucupita es frecuente y sorpresivo observar esta conducta afeminada en los varones de la etnia warao, a quienes anteriormente no se les permitía mostrarse en público, pero en vista de que los mestizos lo hacen ellos se sienten atraídos por la simpleza con que estos se muestran, lo que hace que se sientan apoyados para hacerlo, recordando siempre que son una población en búsqueda de aceptación por parte de sus convecinos. Además de que están amparados legalmente en el ya mencionado artículo 20 de la Constitución Bolivariana, además del artículo 1 de la Ley de Pueblos Indígenas, en el cual se expresa que el Estado venezolano reconoce y protege la existencia de los pueblos y comunidades indígenas como pueblos originarios, garantizándoles los derechos consagrados en la Constitución y demás instrumentos legales a los que tuvieran que recurrir, como venezolanos.

En definitiva, la aculturación sexual es un proceso social, donde se da el encuentro entre dos culturas en términos desiguales, una de ellas domina, en este caso los homosexuales masculinos mestizos, y la otra dominada, los varones de la etnia warao quienes al verse identificados en esa conducta se muestran con mayor facilidad ante la sociedad que los rodea, por la búsqueda constante de aceptación entre sus pares.

Con respecto a la categoría “tolerancia a la diversidad sexual”, es oportuno expresar que los valores sociales encuentran su máxima expresión en los códigos de comportamiento que cada sociedad se impone a partir de leyes, usos y costumbres aceptados por la generalidad. Según Mercado-Mondragón (2009), para combatir y erradicar la homofobia, se requieren acciones urgentes que incidan en un cambio de patrón cultural que ha establecido a la heterosexualidad como la única opción válida para el ejercicio del amor y de la sexualidad. Se hace necesario, entonces, el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Es la actitud que una persona tiene respecto a aquello que es diferente de sus valores.

Es necesario expresar que según datos obtenidos de la realidad objeto de estudio, si bien es cierto que son aceptados por su comunidad, siempre son mal vistos y discriminados, incluso viven alejados de la comunidad y son señalados públicamente por sus congéneres, usando tonos despectivos al dirigirse a ellos llamándolos los “tirawinas”, que en su idioma significa “mariquita”. Por lo general, andan solos y muy pocas veces se les ve en grupo, y si salen con sus familiares estos caminan detrás del grupo, dejando por sentado que él es diferente.

Las creencias religiosas del warao representan otra problemática, las costumbres mitológicas y espirituales de la comunidad, en su mayoría, se oponen a la homosexualidad categorizándola de falta grave o pecado, y en la población objeto de estudio están muy arraigados estos valores religiosos, pues catalogan la homosexualidad como una maldición y una enfermedad que les cae a las familias y ellos son objeto de burlas, son creencias que persisten aún en esta época.

En conclusión, la identidad sexual es la manera cómo se ve y siente el ser humano independientemente del género con el cual haya nacido; se estructura como elementos fundamentales dentro de la comprensión de la sexualidad humana, así como en la diversidad de formas en que esta se presenta, superando así el supuesto binario tradicionalmente asumido para la explicación del sexo y el género. La aceptación de la sexualidad en el individuo siempre traerá consecuencias tanto para el que la posee como para la sociedad en que le corresponda vivir, siendo entonces que la tolerancia de la sexualidad va a depender de cada ser humano sin distingo de raza, credo o religión.

 

La propuesta de acciones educativas

 

Presentación

El ser humano, como especie, es un ser sexuado; esto quiere decir que, de una parte, existen diferencias anatómicas entre los machos y las hembras y, de otra, que la reproducción de la especie se hace con la participación de ambos sexos, característica que se comparte con muchos otros seres de la naturaleza. Cada persona construye a lo largo de su proceso de desarrollo una historia individual en la que estructura de manera progresiva, según sus vivencias y experiencias, su relación personal con el hecho de ser hombre o ser mujer, el tipo de orientación de su apetencia sexual y las condiciones que le serán necesarias para lograr su satisfacción.

Es ser aceptado en el actual contexto cultural. La persona que ha logrado desarrollar una sexualidad saludable se caracteriza porque se conoce y se acepta tal y como es. Autónoma; ha desarrollado competencias para mantener relaciones positivas con otros; está abierta a experiencias sexuales que contribuyan a su proceso de crecimiento y mejoramiento continuo; y considera en la definición de un proyecto de vida la dimensión sexual.

El término sexualidad se sigue asociando únicamente a la dimensión erótica y genital, por lo que poco a poco se debe lograr la ampliación de su visión para comprender las verdaderas dimensiones de la sexualidad. Una definición más amplia de sexualidad es la de la Organización Mundial de la Salud (2002): Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida.

Abarca el sexo las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la procreación y la orientación sexual. Se vive y se expresa por medio de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales. Este plan de acción está dirigido a fortalecer la identidad sexual en los infantes de la etnia warao, con el propósito de disminuir la aculturación sexual en esta comunidad.

 

Justificación

El ejercicio de reflexionar sobre la propia sexualidad es el principio para afrontar lo relacionado con la sexualidad infantil, porque las actitudes de los padres y maestros son la base de su formación. La actitud de los adultos depende de su propia historia y de la aceptación que tienen de su propia sexualidad.

En este tipo de experiencias los niños y niñas están acompañados de las reacciones de los adultos y es fundamental que reciban aceptación y afecto, pero al mismo tiempo que se aproveche esta experiencia para enseñarles los límites y se promueva el respeto y la responsabilidad para que se constituyan como seres capaces de vivir su sexualidad en forma positiva.

Para acompañar a niños, niñas y adolescentes en el desarrollo de su sexualidad es fundamental conocer muy bien el proceso de desarrollo sexual, cómo se comportan y cuáles son sus intereses según la edad. Hay ciertos patrones característicos que a su vez están influenciados por el entorno familiar y la cultura a la cual se pertenece. Al estar dirigida a los infantes de la etnia warao, en este plan de acción se conservarán algunas de las costumbres como hábitos de trabajo y conservando los valores de respeto y solidaridad, en pro de atesorar una salud sexual en la población objeto de estudio.

 

PLAN DE ACCIÓN

 

Objetivo General: Presentar talleres de formación sexual a los niños y niñas de la etnia warao dirigidos al fortalecimiento de la identidad sexual respetando su cultura.

Específico

Contenido

Actividades

Metas

Recurso /Talento

-  Planificar talleres de formación para la identidad sexual de los niños de la etnia warao.

 

-     Imagen sexual

 

-     Identidad sexual

 

-     Sexualidad en los niños y niñas de la etnia warao

-     Recopilación de la información relacionada con los talleres: imagen, identidad y sexualidad

-     Selección del material tomando en cuenta la cultura a la cual está dirigida

-     Estructuración de los talleres de formación en: motivación, conocimiento y actividades prácticas y recreativas, actividades de cierre

-     Solicitud de especialista en sexualidad infantil que posean experiencia

 

Conocimiento sobre la identidad sexual

-   Especialista

 

-   Responsable del proyecto

 

-   Recursos tecnológicos, material impreso para ejercicios

-  Organizar talleres en diferentes comunidades donde se encuentren habitantes de la etnia warao.

Comunidades indígenas en el municipio Tucupita:

 

-     Janokosebe

 

-     Yakariyene

 

-     El Cajón

 

-     Pueblito de la Horqueta

-     Visita a las comunidades

-     Solicitud del permiso correspondiente al vocero de la comunidad

-     Concreción de cronograma de aplicación

-     Ejecución de los talleres

-     Evaluación de los talleres

 

 

Organización en cada comunidad donde habiten waraos en el municipio Tucupita

-    

-   Responsable del proyecto

 

-   Recursos tecnológicos, material impreso

-  Ejecutar talleres de formación en la identidad sexual para los niños y niñas de la etnia warao.

-     Imagen sexual

-     Identidad sexual

-     Sexualidad en los niños y niñas de la etnia warao

 

-      Seguir el cronograma establecido

 

 

Cumplimiento con todo el cronograma

-   Responsable del proyecto

-   Recursos tecnológicos, material impreso

-  Evaluar el impacto social de los talleres de formación sexual en la etnia warao.

 

 

-      Interactuar con la población

Conocimiento sobre la sexualidad

-    

-   Responsable del proyecto

 


 

CONCLUSIÓN

Durante los últimos años, los cambios socioculturales en los pueblos indígenas venezolanos han sido de tal magnitud que pareciera que la desaparición de sus costumbres es necesaria. Por lo que en lo que respecta a la sexualidad, es inevitable que también sea aculturada, es lo que en esta investigación se ha denominado aculturación sexual.

Se presenta un alto nivel de aculturación que influye en el pensar, sentir y actuar, por eso combinan los elementos socioculturales, sexuales, religiosos y lingüísticos autóctonos con el mestizaje criollo, la falda típica y la vestimenta, la choza de palma y la vivienda rural o casa.

Las comunidades indígenas en la actualidad viven en constante interacción con otros grupos étnicos, mestizos y colonos en un espacio en el que cotidianamente circulan diferentes valores que, por su gran capacidad de transformación, son involucrados dentro de su organización social.

Por tanto, se define la aculturación sexual como el proceso en que la sociedad dominante (mestizo u otro) influye y genera un cambio sexual (homosexualidad masculina) en la cultura indígena (sociedad dominada) dada la interacción entre ellas.

 

REFERENCIAS

Benedict, R. 2010 [1934]. "La integración de la cultura”. En Bohannan, Paul y Mark Glazer (eds.), Lecturas de antropología, 178-185. Madrid: McGraw- Hill

Esguerra, C. (2006). Lo innominado, lo innominable y el nombramiento. Categorización y existencia social de sujetos sexuales. Bogotá, Colombia: Editorial Uniande

Fraga, R. (2002). La actividad científica investigativa en el Proceso Pedagógico Profesional. Ciudad de La Habana: Ispetp

Garfinkel, H. (2006). Estudios en etnometodología. (Traductor: Pérez Hernáiz, A.) Barcelona: Anthropos Editorial

Glaser, B. y Strauss, A. (1967). The Discovery of Grounded Theory: Strategies for Qualitative Research. New York: Aldine Publishing Company

González, I. (2002). Nivel de información sexual y edad de inicio del ejercicio de la función sexual en adolescentes femeninas. MULTICIENCIAS, 2(1), 27-39

González, A. (2003). Los paradigmas de investigación en las ciencias sociales. España: McGraw-Hill

Hendrix, K. (2015). La aculturación, identidad y adaptación (tesis). Universidad de Utrecht. Recuperado de https://dspace.library.uu.nl/handle/1874/317903

Linton, R. (1945). Cultura y personalidad. México: Fondo de Cultura Económica

Organización Mundial de la Salud (OMS). (2006). Defining sexual health Report of a technical consultation on sexual health 28–31 January 2002. Ginebra: OMS

OMS-OPS (2000). Promoción de la salud sexual. Recomendaciones para la acción. Actas de una Reunión de Consulta convocada por Organización Panamericana de la Salud (OPS), Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración la Asociación Mundial de Sexología, Guatemala.

Mercado-Mondragón, J. (2009). Intolerancia a la diversidad sexual y crímenes por homofobia: un análisis sociológico. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v24n69/v24n69a7.pdf

Mosonyi, E. (1984). La sexualidad indígena vista a través de dos culturas waraos y guahibos. En Boletín Americanista, XXVI(34), 179-189

Wachtel, N. (1976). Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530-1570). Madrid: Alianza Universitaria